La idea nos surgió ayudando como voluntarias a otra ONG en la recogida de juguetes de segunda mano y preparando dichos juguetes para enviar a las familias más desfavorecidas para que tuvieran una ayuda para esa noche tan especial. Una de las familias pedía un carrito de muñeca en su carta de Reyes, un carrito que llevaba pidiendo varias navidades y que los Reyes Magos no podían dejarla nunca. Ese año tuvimos la oportunidad de ayudar a los Reyes llevando ese carrito hasta su hogar…esa fue la primera vez que conseguimos repartir sonrisas en la noche más mágica del año. No solo habíamos conseguido hacer feliz a sus padres si no que habíamos logrado nuestra primera gran sonrisa en una niña “por fin los Reyes Magos habían dejado en su casa el carrito soñado para su muñeca”.